Los días me abandonan
extraviando pensamientos
en los que veo afligida la vida.
No he experimentado la miseria,
no he sido testigo de disputas donde “dos razas”
embisten un sólo país,
no me carcome viva algún mal,
nada me impulsa al llanto.
La alegría cubre mi vida
como el rocío arropa la pradera,
mi familia y su grato corazón
no temen exponer su amor.
¡LO TENGO TODO!,
y aún mi eterna emoción perdura,
la voz que me da una salida
como eco sigue silbando.
BMA
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