No, también se las podía arreglar uno sin música de salón y sin el amigo, y era extravagante consumirse en estériles pretensiones sociables. Soledad era igual a independencia, yo me la había deseado y la había logrado luego de varios años. Era álgida, es verdad, sin embargo, también era pacífica, extraordinariamente tranquila y grande, como el apacible frío en donde se mueven la estrellas.
El lobo esteparioHermann Hesse
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